El verano es la época en la que se dan los factores ambientales más estresantes a causa de las altas temperaturas alcanzadas que se van incrementando cada vez más con el paso de los años.
Los problemas más frecuentes que se dan sobre los cultivos en verano son: deshidratación, rajado, estrés hídrico y térmico.
El problema general que se produce con las altas temperaturas es que las plantas aumentan su tasa de respiración para poder resistir el calor y esto provoca una disminución de la fotosíntesis y la liberación de radicales libres que puede dañar la planta, como consecuencia se reduce el vigor, se provocan desequilibrios energéticos, reducción de la absorción de nutrientes y senescencia.
La deshidratación se produce por la fata de agua y el estrés hídrico se produce como consecuencia de una mayor demanda de agua que la cantidad disponible. Ante estas circunstancias las proteínas y enzimas disminuyen, lo que provoca una disminución del crecimiento, floración y fructificación.
Las fluctuaciones de humedad en el suelo provocan rajado del fruto, para prevenirlo se recomienda aumentar la cadencia de riego, esto es, realizar riegos más cortos pero más frecuentes, con lo que conseguiremos mantener una humedad en el suelo más constante. Un aporte excesivo de nitrógeno también puede contribuir al rajado del fruto por lo que se recomienda reducir el aporte.
En Tecnicrop tenemos una serie de soluciones para ayudar a combatir esta problemática:
Puede que también te interese:
- Importancia de la conservación del suelo.