Durante la I Jornada Técnica de Cítricos organizada por Tecnicrop, se trató un tema de gran importancia, el manejo integrado de plagas para evitar la aparición de resistencias químicas en los insectos que pueda complicar su eliminación. En este artículo te contamos todo lo que debes saber para manejar esta problemática.
Los insecticidas tienen un tiempo útil limitado porque las plagas evolucionan naturalmente y se vuelven resistentes. Cuando se usan insecticidas con la misma materia activa y el mismo modo de acción (manera en que un plaguicida afecta a la plaga), de forma frecuente, aumenta la probabilidad de resistencia. El uso de insecticidas en un área cerrada (invernadero), también incremente el riesgo de aparición de resistencias.
Se trata de un cambio heredable en la sensibilidad de una población de insectos/ácaros a cierto plaguicida, la plaga ha adquirido genéticamente la capacidad de tolerar una dosis del insecticida que resultaría letal para la población original del insecto. El grado de resistencia puede variar desde tolerar una mayor dosis, hasta ser prácticamente insensible al producto.
Hay algunas especies de plaga que tienen mayor tendencia a desarrollar resistencias. Sus características son:
Inicialmente existen algunos individuos, muy escasos que por naturaleza son resistentes a determinados tipos de químicos.
Al tratar con el insecticida sobreviven los individuos resistentes, y algunos sensibles a los que nos les ha llegado el producto, que serán los que formarán de nuevo la población plaga. Si este proceso se repite de manera frecuente, aplicando el mismo producto, la población estará formada exclusivamente por individuos resistentes, con lo que el tratamiento finalmente dejará de ser eficaz.
Existen distintos mecanismos que general la resistencia, siendo la más frecuente, la resistencia metabólica. Los insectos tienen enzimas que le permiten detoxificar productos peligrosos que entran en su organismo. Estas enzimas pueden actuar sobre el insecticida secuestrándolo, con lo que se impide que produzca su efecto, o lo metabolizan, dando lugar a otro producto que pueda ser excretado rápidamente.
Se produce un proceso evolutivo a pequeña escala y de manera muy rápida, ya que la reproducción de los insectos se realiza en ciclos cortos que llevan a producir la siguiente generación de insectos resistentes de forma rápida, incrementándose así progresivamente la resistencia.
La mejor estrategia es la prevención y para ello, juega un papel fundamental la gestión integrada de plagas (GIP) es una estrategia de control que consiste en la aplicación racional de una combinación de medidas:
Se recomienda que la utilización de productos fitosanitarios se realice sólo cuando se superen los umbrales de daños. En caso de tener que recurrir a dichas estrategias se recomienda:
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